miércoles, 28 de noviembre de 2007

Más escuelas de campo para jóvenes rurales en África

Nuevo manual para millones de huérfanos y niños vulnerables afectados por el VIH/SIDA

Roma/Madrid, 28 de noviembre de 2007.– Las escuelas de campo para las niñas y los niños vulnerables afectados por la epidemia de VIH/SIDA tienen cada día un papel más importante en África subsahariana, según informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Estas escuelas enseñan a los huérfanos los principales conocimientos agrícolas y para su futuro, garantizándoles medios de vida sostenibles y seguridad alimentaria a largo plazo. La FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) acaban de publicar un nuevo manual sobre la forma de establecer una Escuela de campo y de vida para jóvenes (JFFLS, por sus siglas en inglés).

El VIH y el SIDA tienen un enorme impacto en las comunidades rurales en África, en particular en los niños. “Los niños y los jóvenes soportan la carga más pesada en la crisis provocada por el SIDA”, señaló Marcela Villarreal, Directora de la División de Género, Igualdad y Empleo Rural de la FAO. “En ausencia de sus padres, se vuelven más vulnerables al hambre y la pobreza, la enfermedad, el conflicto, la explotación sexual, la migración forzada y la degradación medioambiental. Las escuelas son un intento de dar a los huérfanos los medios y la confianza para sobrevivir en un entorno a veces muy difícil”, añadió.

El número de huérfanos y de niños vulnerables está creciendo en África subsahariana, como una grave secuela de la epidemia de SIDA, los conflictos y el desplazamiento de la población. Hasta la fecha, África subsahariana cuenta con más de 40 millones de huérfanos, de los cuales unos 11,4 millones lo son a causa del SIDA.

Escuelas en once países

Desde 2004, la FAO ha establecido proyectos muy exitosos de Escuelas de campo y de vida para varios miles de jóvenes en once países africanos: Camerún, Kenia, Malawi, Mozambique, Namibia, Sudán, Suazilandia, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue. Los socios colaboradores son los Gobiernos nacionales, organizaciones no gubernamentales, las instituciones locales y el PMA.

Las escuelas intentan mejorar las vidas de niños y jóvenes de entre 12 y 18 años que viven en comunidades con inseguridad alimentaria y con un fuerte impacto del VIH y del SIDA, en particular en áreas rurales. Cuando los padres u otros miembros de la familia caen enfermos, los niños deben de implicarse con frecuencia en la producción y procesado de los alimentos. Como resultado, niños y niñas se ven obligados a abandonar la escuela, ya sea de forma temporal o definitiva.

Durante una temporada agrícola completa, un grupo de 30 niñas y niños estudian el ciclo vital de las cosechas. La formación agrícola comprende las técnicas de preparación de los campos, el arado, la limpieza de maleza, regadío, lucha contra las plagas, uso y conservación de los recursos, procesado de alimentos, recolección, conservación y comercialización. Las escuelas prestan una atención especial a la enseñanza de las técnicas agrícolas locales, que los jóvenes no han podido aprender debido al fallecimiento prematuro de sus progenitores. “Los estudiantes aprenden a prevenir plagas y enfermedades de las plantas. De la misma forma, aprenden a protegerse de amenazas como el VIH/SIDA y otras enfermedades”, añadió Villareal.

En las escuelas se aborda un variado número de cuestiones, como la sensibilidad de género, la protección de la infancia, apoyo psicológico y social, educación para la nutrición y técnicas comerciales. La experiencia ha demostrado que las escuelas proporcionan un espacio social protegido para los niños, permitiéndoles desarrollar su autoestima y confianza en sí mismos.

La ayuda alimentaria, proporcionada por el PMA, es una parte esencial del programa. “Proporcionar una comida nutritiva a los niños en las escuelas es a la vez un incentivo para que acudan a clase y les proporciona la energía necesaria para participar de forma activa”, explicó Robin Jackson, responsable del Servicio de VIH/SIDA del PMA.

La comunidad local desempeña un papel importante en la supervisión y ejecución de estas iniciativas, incluyendo el conseguir los terrenos y voluntarios. Una escuela de campo es operada por un reducido grupo de personas, entre los que a menudo se incluyen un experto de extensión agraria y un profesor.

¡Comenzar!

El nuevo manual FAO/PMA ¡Comenzar! Cómo llevar una Escuela de Campo y de Vida para jóvenes proporciona información detallada para el personal de los ministerios y de las organizaciones no gubernamentales sobre la forma de establecer, operar y hacer sostenible una Escuela de campo.



Para más información:
Germán Rojas, jefe Oficina de Información de la FAO para España y Andorra, tel.: +34 91 3471717, móvil: 671 649955, e-mail:
german.rojas@fao.org
Elena Crego, Oficina de Información de la FAO para España y Andorra, tel.: +34 91 3473553, e-mail: elena.crego@fao.org
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Este comunicado fue publicado por la Oficina de Información para España y Andorra, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO,
www.fao.org).